Tomar un respiro..., siempre lo he identificado con volver a retomar aquellas tareas que uno disfruta haciendo, esas cosas que están fuera de la rutina laboral y del ajetreo en el que se puede estar inmerso en estos tiempos. Es por ello que hoy retomo las "buenas costumbres" y traigo un tema para este blog, del que siempre me gusta hablar, y del que en el mundo laboral, para mí, siempre será clave: tener un buen equipo de trabajo.
Leyendo El pequeño libro de la superación personal, de Josef Ajram, me encantó leer un símil digno de resaltar. Un símil que, desde mi punto de vista, ofrece una visión real y una forma de ver que una persona actuaría de la misma forma a nivel profesional de cómo lo haría en un pelotón ciclista en su "salida típica de domingo".
Ajram apunta en su libro que en un pelotón ciclista se podrían encontrar los siguientes tipos de personas:
"- Los gregarios: aquellos a los que les da igual si hace viento o si no lo hace, si hace calor o frío. Están dispuestos a ponerse delante para hacer avanzar al grupo, sabiendo que cuando llegue la subida éste los dejará; les da igual, su compromiso con el equipo es total, disfrutan haciendo feliz al resto. Mientras ellos sufren, sus compañeros pedalean a la misma velocidad hablando y riendo.
- Los del quiero y no puedo: aquel ciclista al que le encantaría ayudar. Pasa a dar un relevo cuando el pelotón va a 40 kilómetros por hora en el llano pero se da cuenta de que no puede. Muestra interés, compromiso o voluntad, pero su calidad o talento en ese momento no se lo permite y, para no molestar a la marcha del grupo, decide retirarse a posiciones más retrasadas del pelotón.
- El especialista: aquel ciclista que es consciente de dónde es bueno. Normalmente suele ser en las subidas. Decide reservar fuerzas para cuando llega el terreno empinado y, en ese momento, decide ayudar al grupo, sustituyendo a los gregarios que han hecho la aproximación, dándoles un poco de oxígeno, adaptando el ritmo adecuado para que el pelotón siga unido y así, cuando acabe la subida, seguir avanzando todos juntos.
- El rancio: aquel ciclista que podría ser gregario por su estado de forma, pero que decide no pasar a relevos ni ayudar al grupo para no tener dificultades en la subida. Su estado de forma es excepcional, no tiene motivos físicos para no entrar a ayudar al grupo, pero es una persona que no arriesga, es excesivamente conservadora y no contempla el riesgo en su forma de actuar en el día a día.
- El oportunista: aquel ciclista que sólo piensa en su beneficio. No da un solo relevo ni en el llano ni en la subida pese a estar en un estado de forma excepcional, pero a la que divisa el final de la subida, no duda en lanzar un ataque al grupo para engrandecer su ego y pensar que es el mejor de la grupeta. Una sensación errónea matemáticamente ya que, a nivel esfuerzo, es el que menos ha contribuido y el que más energía ha reservado."
Tras la genial descripción anterior, decir que, cómo dice Ajram, está claro a quién querría para mi equipo de trabajo. Se trata de tener a los especialistas y mejor preparados, a los que quieren y quizás no puedan, a los gregarios que aunque las condiciones sean adversas darán todo por el grupo, a los que como se suele decir, tengan talento, el talento que llamo yo, al de trabajar para un objetivo común, en el que imperen los apoyos y las ayudas.
Espero que este post haya sido de interés, y como no, recomendar la lectura del libro de Josef Ajram.
Hasta otra, ¡un saludo!
Álvaro Alcolea